Alejandra Costamagna
Había una vez un pájaro
$19.800
$22.000
PREVENTA
Cantidad de páginas: 80
Peso: 130 g
ISBN: 9789566100188
Temática: Literatura Infantil
Dimensiones: 20 x 14
Editorial: Editorial Cuneta
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Tres cuentos, como diferentes episodios de la memoria, componen este libro. Los dos primeros relatos parecen recuerdos o sueños, momentos recobrados en un despertar luminoso. El tercer relato, Había una vez un pájaro, es la reescritura de la primera novela de su autora, En voz baja, casi treinta años después de su aparición. La nueva versión que nos presenta Alejandra Costamagna da cuenta no solo de la valentía de renunciar a lo ya escrito, al punto de transformar toda una novela en un cuento, sino también de una prosa que ha crecido en madurez, en la precisión de esa combinatoria equilibrada entre musicalidad e imagen, potente y delicada al mismo tiempo, cada vez más propia de la escritura de Costamagna.
«En la intersección de la prosa y las historias de Había una vez un pájaro, de Alejandra Costamagna, se encuentra un secreto, un embrujo que hipnotiza de principio a fin, con cada lectura e inevitable relectura». Jazmina Barrera
«La fluidez de un río, la precisión de un pájaro y una cascada de pequeñas iluminaciones: nadie como Alejandra Costamagna para contar la aspereza, la lija, en la piel todavía infantil de la preadolescencia. La dictadura horadando lo más íntimo, abriendo esas heridas que marcan un final y un principio, el de lo que no cicatriza nunca. Y el borde filoso en que una hija empieza a cortarse de la familia. Estos cuentos están entre los más hermosos que leí en mi vida». Gabriela Cabezón Cámara
«En la intersección de la prosa y las historias de Había una vez un pájaro, de Alejandra Costamagna, se encuentra un secreto, un embrujo que hipnotiza de principio a fin, con cada lectura e inevitable relectura». Jazmina Barrera
«La fluidez de un río, la precisión de un pájaro y una cascada de pequeñas iluminaciones: nadie como Alejandra Costamagna para contar la aspereza, la lija, en la piel todavía infantil de la preadolescencia. La dictadura horadando lo más íntimo, abriendo esas heridas que marcan un final y un principio, el de lo que no cicatriza nunca. Y el borde filoso en que una hija empieza a cortarse de la familia. Estos cuentos están entre los más hermosos que leí en mi vida». Gabriela Cabezón Cámara
