Florencia Lobo
Los bosques bajo el agua
$22.500
$25.000
PREVENTA
Cantidad de páginas: 124
Peso: 161 g
ISBN: 9786319008616
Temática: Poesía argentina
Dimensiones: 20 x 13
Editorial: Tanta ceniza
CANTIDAD
-
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Producto sin stock
Vistas desde el cielo, por encima
de las nubes, las tormentas se
parecen mucho a esas canoas en
las que los yaganes llevaban
consigo el fuego: una intermitente
colección de luces sobre lo
inasible y turbulento. A ellas, las
tormentas, se las puede oler antes
de que comiencen a tejer su
manta; los rayos y los relámpagos,
en cambio, son ciudadanos
ilustres de la sorpresa; pese a
tener todos los ingredientes
dispuestos sobre la mesa, jamás
advertimos el progreso de su
formación. Pues no otra cosa
constituye la serie de poemas que
integran este libro. Iluminaciones
súbitas que dan la sensación de
presentarse como un accidente o
un descuido cuando en verdad son
el resultado de una cuidadosa
deriva de observaciones vitales.
Por donde menos se lo espera, un
relámpago repentino termina por
conformar el plexo del poema. Ni
cuenta nos dimos de que la autora
anduvo juntando dos masas de
aire de distinta temperatura.
Todas las nubes allí, frente a
nosotros y, sin embargo, el rayo
casi haiku consecuente nos deja
siempre de una pieza.
Las garzas miran en el agua el
reflejo del cielo donde habitan los
peces, cito de memoria. Los
yaganes hacían algo muy parecido,
pensamos en consecuencia. Y eso
es exactamente lo que advertimos
aquí: una literatura de arpones
eléctricos que nos traen del cielo
los peces más luminosos del mar.
Luis Sagasti
de las nubes, las tormentas se
parecen mucho a esas canoas en
las que los yaganes llevaban
consigo el fuego: una intermitente
colección de luces sobre lo
inasible y turbulento. A ellas, las
tormentas, se las puede oler antes
de que comiencen a tejer su
manta; los rayos y los relámpagos,
en cambio, son ciudadanos
ilustres de la sorpresa; pese a
tener todos los ingredientes
dispuestos sobre la mesa, jamás
advertimos el progreso de su
formación. Pues no otra cosa
constituye la serie de poemas que
integran este libro. Iluminaciones
súbitas que dan la sensación de
presentarse como un accidente o
un descuido cuando en verdad son
el resultado de una cuidadosa
deriva de observaciones vitales.
Por donde menos se lo espera, un
relámpago repentino termina por
conformar el plexo del poema. Ni
cuenta nos dimos de que la autora
anduvo juntando dos masas de
aire de distinta temperatura.
Todas las nubes allí, frente a
nosotros y, sin embargo, el rayo
casi haiku consecuente nos deja
siempre de una pieza.
Las garzas miran en el agua el
reflejo del cielo donde habitan los
peces, cito de memoria. Los
yaganes hacían algo muy parecido,
pensamos en consecuencia. Y eso
es exactamente lo que advertimos
aquí: una literatura de arpones
eléctricos que nos traen del cielo
los peces más luminosos del mar.
Luis Sagasti
